[…] quería escribir sobre todas las posibles formas de morir - Virgina Woolf
Ilustración de Paula Bonet |
Encierro la mitad de mi tristeza en un suspiro de despedida. La otra parte la muerdo en unos labios que tiemblan de miedo.
Qué hay que hacer cuando no se puede hacer nada. Yo no puedo parar un tic tac que no es el mío. Pero por qué me late el corazón a destiempo si yo estoy bien, escupo.
Pero me escupo a mí misma y nada me duele más que mi propio desprecio.
Nada aparte de ti. Plantaste raíces en mi pecho y estómago; y ahora que llega el otoño comprobamos que no somos perennes. Tus palabras en mi oído se llevan las hojas. Has desencadenado un huracán.
Escupo, con asco: tú no me quieres. Nunca me has querido. Eres un amante de la soledad que pensó que quizá podría desengancharse. Mi amor también es nicotina, pero tú no paras de llorar.
Y así de deshechos nos hemos quedado.