lunes, 29 de agosto de 2016

Delirios de un corazón con miedo

Los versos en cursiva pertenecen a la poeta Luna Miguel y a su libro La tumba del marinero.

Ilustración de Albert Soloviev

Observo mi propia mano en una instantánea analógica, trato de tocar mi propia mano con mi propia mano, decía: mi propia sombra con la mano y no estoy tocando nada.

En casa
en el pasillo
me miro los dedos de los pies
y sigo caminando 
de frente,
siempre de frente. 

Mi ropa cae al suelo 
frente a la ducha 
por su propio peso,
las gotas caen al suelo 
frente al espejo
por su propio peso,
mi problema
mi náusea
no cae.  

Ilustración de Albert Soloviev

(Por eso me duele, ¿sabes? Por eso me duele la sangre: porque está fuera. Y dentro no duele y fuera mata. Y dentro no daña y fuera asusta. Qué intensa la sangre. Qué peligrosa. Por eso me duele, ¿entiendes? ¿Lo entiendes?).

¿Si lo que pica, 
 rasca,
  y escuece,
     sana...

y las lágrimas vienen del mar...

podré convertirme en sirena, mamá?

domingo, 28 de agosto de 2016

Poeta terminal

Esta tarde entro en trance 
si quizás ya nunca te lances, 
quién sabe... 
Hoy rechazo hasta el aire 
sobrevivo con demonios 
que jamás podré contarle a nadie. 
- Día Sexto, No tengo miedo

Ilustración de Albert Soloviev

Estás enferma; por favor, mírate.
No, no lo digo por tus pies sin color, ni por tus manos frías y temblorosas. 

Por favor, levántate de nuevo y arrástrate o camina hasta el baño otra vez. Mírate, mírate fijamente y rectifica. 

Da igual que te roces los miedos y tu rostro con eso a lo que llamas dedos, que ahora no son más que un ramo de espinas dormidas y casi muertas. Da igual, me da igual, ¡me da igual que acaricies tu abdomen o que quieras arrancarte a pedazos las tiritas de donde te han hecho sangrar literal y metafóricamente!

No digo que estés enferma porque hayas estado dos veces fuera de ti en menos de una hora, no. Ni porque tu estómago esté tan vacío como las cuencas de tus ojos afiladas con cucharas tras estos últimos días. 

Estás enferma porque te miras, te tocas, te sientes, y... No te reconoces. No sabes aclararme ya quién eres, no te erizas la piel por cómo eres ahora de cactus. 

Y te ríes, te ríes como si te fueran a anestesiar para la operación de la vida, agarrándote el poco sentido común que te queda y medicándote risa terminal para celebrar un (d)año nuevo. 

Estás tan cuerda, que te he confundido con soga. Y no veas qué divertido. 

martes, 26 de julio de 2016

Oxímoron de pensamientos

We should not be the same, but I'm just a ghost,
and still they echo me. They echo me in circles.
 


- Píntame, de cualquier color, menos de olvido.
- Eras la remitente de mi carta de amor propio.
- Yo quería ser la destinataria de tu odio, para qué mentir.
- Tienes los dedos cruzados.
- Lo niego, lo prometo.
- Escribes, como si pudieras salvarnos.
- Escribo, pidiendo ayuda.
- ¿Por qué me hiciste inventar el miedo a perderte, si no te tengo?
- Le temía a las agujas hasta que llegaste con tus palabras.
- Tienes ojos de faro, corazón.
- Mi alma, mi faro sólo sabe brillar hacia dentro.
- ¡Chica huracán, sopla, de ti depende el renacer de mis cenizas!
- No. Hoy no quiero ser fénix...
- ¿Qué te pasa? ¿Por qué no huyes? Conmigo.
- ¿Cómo voy a huir si soy cárcel?
- Mi corazón está roto, qué me dices.
- El mío se está desangrando por estar enjaulado, enrédame ahora.
- Sabes que te quiero como nunca perdí a nadie.
- Eres eso que siempre quise y nunca podré tener.
- Tus mentiras son para mis oídos lo que mis labios a los tuyos...
- ¿Entonces son la definición de perdición?
- Por favor, engáñame otra vez, musa.
- Nunca debí fiarme, poeta; te quiero.
- Y yo... Yo era lo que tú eras, tú serás lo que yo soy.
- ¿Oniria?
- Insomnio.

jueves, 14 de julio de 2016

fiera domesticada


ojalá brote de tu llanto un dolor frío carcomido 
como tu corazón manoseado y vendido a mi infierno 
tras haber destrozado mi confianza 
– y no puedas insultarlo como poema 

quise buscar en tus ojos 
algunas piedras o algún resto de amor, 
¿y sabes qué? 

ya habías almorzado, 
y las estrellas, de repente 
estaban llorando por mis flores sobre tu epitafio 

ahora aprietas los dientes con rabia 
te muerdes la lengua
 mientras yo misma armo creo construyo una religión 
donde bailar 
encima de tu tumba 
es el único sagrado mandamiento 

tu tupido pelaje, que trenzaba con versos de poesía 
se convertirá en ceniza enterrada junto a tu recuerdo 

Lobo mudo, 
no me llores. 
No me aúlles tus palabras de melancolía, 
no ahora, que ya sé 
que sólo soy un foco nocturno 
al que miras cuando no sabes qué hacer. 

miércoles, 4 de mayo de 2016

Panegírico a mi rabia

"¿Por qué quiere la gente pegarnos con sus coches, niño?" - Charles Bukowski

Ilustración de Harumi Hironaka

No me citéis desastres con nombres, si son propios y emocionales.

Las notas magulladas en el piano me desgarran corazón y coraza y desangran  letras.

Si llaman a aquello sonreír es que nunca han visto a nadie partirse la boca. No soy ninguna payasa llorando, que ya no tengo ni mi circo de quimeras.

Nadie tiene idea de lo que es la soledad. Nadie soy yo pero yo no sé quién soy. No esperen que les conteste claramente, tardaré unos cuantos milenios más en sacudirme el polvo de cuando cavé mi propia tumba.

Era el cordón umbilical del aborto del grito y la grieta, hasta que me desgarraron. Mis manos ahora son las auroras boreales que sostienen toda la oscuridad de la noche. Mi vida es una historia narrada in extremis que acabará in medias res, en la que declaro a este coágulo como epitafio. Escupiré en los ojos de quien llame a esto arte, o directamente de quien me llame.

Voy a arrastrarme y a dejarme las rodillas en el asfalto; no me presionéis la aorta, que estoy corriendo maniatada a una picota.

Al menos mi pelo baila con la hecatombe
y siempre hemos sabido ser pájaros del naufragio.


viernes, 25 de marzo de 2016

Pretérito no tan perfecto

"Y cuando estás en ruinas por dentro, más te vale ser un edificio precioso por fuera".
- Irene X

Ilustración de Martine Johanna

Soy una X.
Soy una simple X,
que ni marca un lugar en un mapa,
ni ha sido marcada por el destino;
soy una simple y jodida X,
que simplemente pertenece a una simple,
simple y jodida, ecuación
que busca y necesita ser despejada.

Soy una X,
que ha buscado convertirse
en una simple, y jodida, canica.
Una simple y jodida canica
en un mundo de cubos de rubik
de los que no tiene ni simple ni jodida idea
de resolver.

En un mundo de cubos de rubik
en el que construye sus propios muros
tiñéndolos de colores
para intentar disimular.

Eufemismos de su vida: disimular
cuando no pasa nada.
No, pasa, nada.
Nunca pasa nada,
y eso es lo que pasa.

Soy una pieza de puzle
que se ha quedado incompleto
y al que ya no le quedan cabezas por romper.

Soy lo que queda después de la guerra.
Soy estrella fugaz 
que nunca llegó a cumplirse.
Soy reflejo
irreconocible
en cualquier espejo.

Soy dolor. Desolación. Frío.

Soy, aunque ya no esté.
Soy, aunque ya no sienta.

Soy lo que queda esta noche
en el fondo de la botella
tras haber rezado
un "por favor, no, otra vez no".

Soy;
¿o era?

domingo, 14 de febrero de 2016

Amor (in)propio.

 "Mirror, mirror, can't you see? What u r showing's killing me!" (Desconocido)

Ilustración de Albert Soloviev.


"No soy yo,
eres tú".

digo
mientras me miro en el espejo.

Mi otro yo se rompe
a carcajadas
y me señala
con mi propio dedo: sucio.

Le salen tallos de flores
muertas
de las cavidades del corazón
y su nariz.
se desvanece.

Me muerde las orejas
tocándome
introduciendo su lengua áspera
en todo lo que odio
de nosotras.

Un coro de yos con caras de asco
entrelazan las manos
y las sacuden
hasta llegar al fondo
de la miseria

Oscuridad
y solo brillan
mis letras

Asomo los dientes
no sé si muerdo o sonrío.
(Me) muerdo.

Nos tiembla el alma
de llover tanto.

(Me) sonrío,
empujo, la tiro
- y caigo yo-.

Morir
y todavía
odiarme más.

domingo, 7 de febrero de 2016

Ansiedad 2





Hoy, un retrato, muerto, ha vuelto a acercarse a mí.

Se ha fijado en la grieta por la que sale la poca luz que causan mis palabras al brillar,
y se ha colado por ella.

Ha bajado
por mis terminaciones nerviosas
haciéndome cosquillas
obstruyéndome
las neuronas.

Me lleva la mano de pulmón a pulmón,
de corazón a corazón,
pellizcando mis sesos
y mi sexo,
mientras gime
y exhala
mi nombre.

Sale de mí
con la cabeza baja
y la misma vergüenza
de quien se pierde
a sí mismo.

Hay una luz
iluminando mis dedos de los pies.
Sus ojos, son el faro que me guía
a un campo de minas
que construí
hace un milenio.

A pasos de rascacielos,
voy bailando
por encima de ellas,
sobrevolando mis noséquéhayconmigo
estayanosoyyo
quéhehechoahora
y la sombra huye
conmigo
de mí.

Y entonces, soy grito y cristal
irónicamente cortando
con absoluta fragilidad.

Y me tiritan los ojos
oyendo cenizas
mientras de mi reloj sale una bailarina
con las manos y el alma retorcidas.

Juega a hacer equilibrio
en mis pestañas
con un calibre 38 en la nuca,
entrelazando su nostalgia con la ausencia.

Resopla,
y el frío
de su corazón
hace que de su diminuta nariz salga vaho
y polvo de estrellas,
que me envuelve
y me devuelve al presente.

Mi presente: humo, hielo, arañazos.
Nirvana y orgasmos de carcajadas e ira;

qué bonito hablan los hechos.

lunes, 1 de febrero de 2016

Ansiedad 1

"El tiempo no cura nada, pero mata todo. Si la puta de la vida todavía no se ha dignado a contarte esto, ven, que ya te lo cuento yo. Y si quieres nos subimos al tejado y elegimos qué matar antes de que nos mate a nosotros.

Y no pasa nada.

Porque entre ese millón de hormigas que intentará que te levantes, todavía quedará algún gigante que se tumbará contigo para hacerte menos duro el suelo.

Y todavía nos quedará la poesía. Porque siempre habrá alguien despierto. Todavía."

Ilustración de Agnes Cecile


Tic, tac
¿la niña duerme
o está muerta?

El reloj permanece quieto
y se le clava en el tórax.

Tic, tac,
¿sonríe
o está rompiéndose
los dientes?

Tic.
La vida la araña
pero ella muerde;
veremos quién gana
o se rinde primero.

Tac.
Baila
escondiéndose
en la boca del lobo,
ignorando
a Caperucita.

Tic, tac.
Ha descubierto un arma
y que no sabe usarla
salvo contra sí misma.

Tic.
Se mide cada noche,
por miedo a ser más pequeña
que su ego.
53 lágrimas,
5 náuseas
e insomnio,
como unidad
de medida.

Tac.
Su cabeza y su cuerpo,
son uña y carne:
arañazos.

Bum.

lunes, 11 de enero de 2016

Autocrítica

"Tú nunca tendrás los brazos tan largos para frenar mis impulsos 
y yo tengo la lengua de la que habla Sabina". (Irene X).

Ilustración de Agnes Cecile

Soy aquella que camina de puntillas
y a tientas
por la vida.
La que agarra el amor
por donde quema
y no lo suelta
hasta que le arde
el corazón
y se evapora
lentamente.

Me siento como el enamorado
que cuenta con pétalos cuánto le quieren
sabiendo que es alérgico al polen.
O como el fumador que ya fuma por costumbre,
y no por adicción.
Me siento como si fuera una brújula
a la que le han arrancado la aguja,
y ya no sabe cómo encontrar el norte.
Como la bailarina que busca el resorte para seguir bailando
cada vez que una niña abre una caja de música.

Lo cierto, es que parezco un rascacielos
contruída a base de piezas
de un puzzle incompleto
que cuanto más cerca lo miras
menos cimientos tiene. 

En realidad, soy un cactus.
Que pincha,
y pica,
y pincha,
y pica,
hasta que hace un amago
y aflora el caos
y entonces,
me convierto
en una flor
que ha sobrevivido
a las cosquillas
de Chernobyl.

Vivo en un purgatorio
al que llaman vida,
contando mis pasos hacia atrás
como tragos a una botella
e impulsos
hacia delante.

Alquilo un paraíso en ruinas,
porque busco un hogar
que resista a desastres naturales
como el que creo
al llorar
cada
noche.

Me comí algo más que la cabeza
y las migas de pan del camino,
así que ando dando tumbos
buscándome

en cada libro,
al que le hago el amor
antes de dormir,
en cada suspiro
en el que escapo
cada vez que la risa me sacude
las pestañas
y me recuerda
que a pesar de todo
cada vez estoy más cerca
de estar más lejos
de mí.