Los versos en cursiva pertenecen a la poeta Luna Miguel y a su libro La tumba del marinero.
Ilustración de Albert Soloviev |
Observo mi propia mano en una instantánea analógica, trato de tocar mi propia mano con mi propia mano, decía: mi propia sombra con la mano y no estoy tocando nada.
En casa
en el pasillo
me miro los dedos de los pies
y sigo caminando
de frente,
siempre de frente.
Mi ropa cae al suelo
frente a la ducha
por su propio peso,
las gotas caen al suelo
frente al espejo
por su propio peso,
mi problema
mi náusea
no cae.
Ilustración de Albert Soloviev |
(Por eso me duele, ¿sabes? Por eso me duele la sangre: porque está fuera. Y dentro no duele y fuera mata. Y dentro no daña y fuera asusta. Qué intensa la sangre. Qué peligrosa. Por eso me duele, ¿entiendes? ¿Lo entiendes?).
¿Si lo que pica,
rasca,
y escuece,
sana...
y las lágrimas vienen del mar...
podré convertirme en sirena, mamá?