sábado, 15 de agosto de 2015

Mi ovejita de peluche.

Tengo una ovejita de peluche.
Es mi compañera de almohadas,
de sueños
y pesadillas,
de resacas,
de lagrimas 
y de amores platónicos 
conformes. 

Ella es la que escribe mi lista de pecados compartidos.

Me quiere mucho, yo lo sé. 
Cuando yo río, ella me mira. 
Cuando lloro, la abrazo. Y ella me corresponde. Y me escucha. Y a veces, también llora conmigo. 

Ella me entiende. Y se queda conmigo los días de lluvia. 

Le conté de tus promesas. 
Esas de "prometo quedarme contigo los días de lluvia",
esas de "te quiero".

Desde entonces, mira desde mi cama a la ventana.
Me dice que afuera, ya no llueve
pero que dentro, dentro se acerca el temporal.

Me repite que ya no llueve, que es verano.


Es verdad.
Ya no llueve.
Ahora lluevo.
Ya no estás.
Y, claro.

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